Hamburgo fue la primera ciudad en la que viví al llegar a Alemania hace ya más de seis años. Empecé mi vida adulta ahí y a pesar de sentir por mucho tiempo que estaba retrocediendo, estaba construyendo mi hogar ahí sin darme cuenta. Poco a poco los lugares, sonidos y escenas dejaron de sentirse como novedad y se convirtieron en familiaridad.
Entonces, después de 3 años, me mudé al sur, a una ciudad pequeña en la frontera con Austria, país que se podía ver por la ventana. Cuando empaqué mis maletas y me fui al sur, sentía que no me estaba yendo del todo porque todavía el apartamento seguía a mi nombre, seguía siendo estudiante de la universidad de Hamburgo, pero como todos lo hemos vivido, la pandemia nos puso la vida de cabeza, por eso no le di mucha importancia al viaje ni me despedí de mis conocidos como si no los volviera a ver.
En Passau, la pequeña ciudad en la que ahora (aparentemente) vivía, pasaba bastante tiempo en casa, haciendo mis clases en línea y escribiendo mi tesis porque ya estaba por terminar el estudio. Yo ya estaba haciendo planes de búsqueda de trabajo en Múnich una vez terminara el estudio, así que tenía claro que tendría que volver a Hamburgo a encargarme del apartamento para poder irme del todo.
A mediados de 2021 se hizo evidente que ese momento estaba llegando, así que volví a Hamburgo a vender todo lo que tenía en el apartamento y a entregarlo del todo. En dos semanas vacié el apartamento completamente y ya solo quedaba el colchón inflable en el que estaba durmiendo y mi maleta. Qué raro fue cerrar la puerta del apartamento sin tener la llave para poder entrar de nuevo y quitar mi apellido del timbre. Después de dos semanas de mucho estrés, volví a Passau sin sentir que me había despedido de Hamburgo. Supongo que el estrés de todo lo que estaba pasando con la entrega del apartamento y el hecho de que me quedaban dos semanas para entregar la tesis no me dejaban sentirme nostálgica.
En noviembre de 2021 empecé a trabajar en Múnich y en diciembre G y yo nos mudamos de nuevo; esta vez a Landshut, una ciudad pequeña entre Múnich y Passau. Ya llevamos casi dos años acá, y hace poco cumplí tres años viviendo en el sur (el mismo tiempo que viví en Hamburgo). Hace varios meses, la universidad de Hamburgo nos invitó a todos quienes habíamos terminado nuestro estudio durante la pandemia a una ceremonia de graduación en febrero. No dudé en organizar el viaje enseguida. Volvía a Hamburgo con G después de casi 3 años. Ambos estábamos muy emocionados y asombrados de los cambios pequeños (y lo que seguía igual) que nos hacían buscar la mirada del otro con sorpresa. “Este local es nuevo; renovaron la pantalla de los horarios de trenes en la estación; el cielo sigue igual de gris”. A pesar de ser un viaje tan corto, estuvo todo cargado de nostalgia porque en realidad nunca me quise ir de ahí.
Haber regresado a Hamburgo para mi graduación fue la oportunidad perfecta para cerrar el capítulo y haberme ido del todo, llena de agradecimiento y de recuerdos. Pienso que una de las razones por las que sentía una conexión tan fuerte con Hamburgo es porque como inmigrante, fue esa la ciudad que me recibió en un país extraño y en la que hice muchas cosas por primera vez. Sin embargo, a medida que va pasando el tiempo, esos tres años que pasé ahí se van haciendo más pequeños; pronto esas dos palabras («tres años») dejarán de sentirse tan grandes cuando las diga porque quien las dice ya se fue del todo de allí y recuerda todo como si hubiera pasado en otra vida.
La primera ciudad siempre da nostalgia, y haber estudiado en la pandemia no debió ser tan fácil, felicitaciones y sigue adelante
Hola Estefanía:
Como siempre muy feliz de leer sus interesantes publicaciones y orgullosa de mi prima.
Gracias por compartir sus experiencias.
Éxitos en su camino.
Un espectacular ejemplo de cómo mirar al pasado con agradecimiento y amor.
Creo que me siento muy similar a ti, hace 9 meses me fui de London, la ciudad a la que llegué cuando migré a Canadá, ahora vivo en Montreal.
A veces extraño lugares de London a los que jamás dije adiós porque pensé que volvería a visitarlos, pero eso no ha ocurrido aún. Ahora que te leo, pienso en que al salir de London sólo empaqué mis cosas con la emoción del cambio y me fui sin despedirme de mi primer hogar fuera de Colombia. Quisiera ir a visitarlo para decirle adiós.
Inspirador 🙌🏻